Yuval Tamir

En 2015 tuvimos la oportunidad de apoyar a Yuval en su desafío personal: alcanzar la cumbre del Aconcagua. Lo destacado de esta aventura es que él padece Esclerosis Múltiple (EM). Realmente su experiencia ha dejado huella por ser un ejemplo de superación luchando frente a las adversidades. Compartimos esta historia que él mismo redactó.

La primera vez que puse los ojos en el Aconcagua fue en 2005. Yo estaba viajando por América del Sur luego de subir algunos picos en Ecuador y pasé cerca de la «gran montaña». No tenía el tiempo para poner mis pies en ella, así que seguí mi recorrido a través de la «Carretera Austral».

Diez años han pasado, y muchas cosas en mi vida había cambiado. Ya no estaba sirviendo en el ejército, terminé mis estudios como ingeniero civil, me casé y ya soy padre de una niña.

AH! y también me diagnosticaron esclerosis múltiple (EM), que es una enfermedad potencialmente discapacitante del cerebro y la médula espinal. Para más información se puede buscar en Google.

Una de las cosas que me quedaron durante estos diez años fue mi amor para escalar las altas cumbres. Aconcagua estaba siempre dando vueltas en mi cabeza.

Después de un duro entrenamiento durante 6 meses, me encontré en Mendoza buscando un compañero para subir. Como no pude encontrar a nadie, decidí unirme a una expedición guiada. Fui a casi todas las empresas en Mendoza y realicé muchas preguntas, ya que quería asegurarme de subir con el mejor que pudiera encontrar.

Finalmente elegí Inka Expediciones. Hubieron muchas razones por las que preferí Inka sobre otras empresas, pero las más importantes fueron que es la empresa más grande y más organizada en Aconcagua y que Sebastián, su dueño, parecía ser un verdadero alpinista y que además compartía la misma pasión que yo por el Aconcagua.

Le dije a Sebastián sobre mi condición especial, que tenía que tomar mi medicamento todo el camino hasta la cima. Sentí que hizo que mi misión fuera suya. Puedo decir ahora, después de la subida que las tres guías que tuvimos fueron muy profesionales todo el camino hasta la expedición y que todo estaba muy bien organizado.

Llegué a la cumbre el 25 de enero de 2015 a través de la Travesía 360. Fue uno de los mejores momentos de mi vida. El círculo se había cerrado. Diez años después de que lo había visto por primera vez, estaba allí, de pie en la cima del Aconcagua.

Si realmente te tomas en serio subir el Aconcagua, me animo a recomendarte dos cosas: entrenar duro y el contactar Inka Expediciones, ya sea para unirse a un grupo guiado o como apoyo logístico en tu ascenso autoguiado. Ellos son realmente profesionales y como un bonus, además son amables y honestos.

Recuerda siempre: Sueña en grande y trabaja duro. Todo es posible …

Yuval Tamir (34), ISRAEL