Helmet

El casco constituye una parte esencial del equipo de seguridad para numerosas actividades verticales. Protege la cabeza contra la caída de objetos (piedras) y en caso de choque – por ejemplo, si la cabeza del escalador choca contra la pared durante una caída.
Muchos montañistas no lo utilizan porque lo sienten incomodo o antiestético, pero olvidan que su vida está en juego. Los montañistas debemos concienciar al respecto y obligarnos unos a otros a utilizar el casco, como el automovilista utiliza el cinturón de seguridad.

Antes de elegir el casco de montaña debemos decidir cuál será uso que le daremos: escalada deportiva, montañismo o espeleología.

La escalada deportiva se realiza en rutas ya trazadas que se encuentran controladas y en donde el peligro no será tan elevado, pero es necesario utilizar casco de todas maneras ya que nunca se está prevenido ante los diferentes improvistos que suceden en una montaña.
Los cascos para escalada deportiva son de poliuretano, lo cual asegura la ligereza en su peso.

Los cascos destinados al alpinismo y la alta montaña o la espeleología deben ser más resistentes. Este tipo de cascos además tienen una diferencia sustancial con los anteriores, ya que estos están capacitados para recibir golpes de proyectiles además de golpearse contra superficies sólidas. En este estilo de alpinismo es muy normal que algunas piedras caigan y nos puedan colisionar.
Este tipo de casco de alpinismo es más pesado que los primeros y resultan más incómodos.

El casco es una pieza rígida que es utilizada para cubrir la cabeza ante la posibilidad de cualquier tipo de agresión.
Los cascos que tienen carcasa de policarbonato son más resistentes a los golpes y al desgaste.

Algunas de las características que debemos buscar que cumpla nuestro casco son:

Ventilación: si un casco no tiene buena ventilación puede freírnos y hacer que pase de nuestra cabeza a la mochila, haciendo que aumenten las posibilidades de caída de piedras u otros objetos (la Ley de Murphy se cumple en un porcentaje muy alto). Si nos decidimos por un casco sin mucha ventilación, el color más acertado será el blanco ya que refleja mejor la luz y pasaremos menos calor. Las aberturas no deberán ser muy grandes para evitar que se cuelen por ahí piedras u otros elementos así que para compensar esto deberá haber un mínimo de seis. Si tiene rejillas de ventilación comprobad su estado, si se sueltan pueden llegar a hacer heridas en la cabeza

Ligereza: los cascos se dividen entres 3 tipos en función de su peso, tradicionales (425 gramos), ligeros (325 gramos) e hiperligeros (menos de 260 gramos).
Las ventajas de los cascos hiperligeros son varias y muy visibles como que por su menor peso fatigan menos el cuello, absorben más energía si nos impacta algún objeto y están mejor ventilados. Por el contrario, también tienen otros defectos con los que no cuentan los tradicionales como que son menos duraderos, pueden presentar deformaciones permanentes tras un impacto y son sensiblemente más caros.

Comodidad: esta debe ser una cualidad esencial de nuestro casco. Debes probarlo en la tienda y ver cómo queda. Es muy importante ver que la nuca o la frente no queden muy descubiertas, si se ajusta bien (dá algún golpecito en la cabeza para ver si se mueve), etc.

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